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Prodesal Chillán promueve el cultivo de hongo ostra como alternativa productiva

Un taller reunió a 30 agricultores para explorar el potencial comercial, nutricional y ambiental del hongo ostra, con miras a diversificar la matriz rural de Ñuble.

En medio de un escenario agrícola desafiante, el hongo ostra se presenta como una opción concreta para pequeños productores que buscan nuevas fuentes de ingreso. Con alto valor nutricional, creciente demanda en gastronomía y posibilidades de cultivo en espacios reducidos, este hongo se perfila como una alternativa rentable y sostenible. Prodesal Chillán organizó un taller práctico para introducir esta opción a 30 agricultores locales.

“Muchos se sintieron atraídos por el rubro de los hongos comestibles. Hoy, gracias al apoyo de la Dirección de Desarrollo Económico y Productivo (Didepro), y al enfoque de nuestro plan anual, estamos entregando herramientas concretas para que puedan iniciarse en este cultivo”, señaló Pablo Fierro, encargado de Prodesal Chillán.

La actividad responde a una solicitud realizada por la Mesa de Control Social de Prodesal a la OTEC Municipal, basado en el interés de los usuarios en buscar alternativas de cultivos más rentables para complementar los ingresos de los hogares campesino de la ruralidad de Chillán, siguiendo los propósitos que se ha impuesto la Municipalidad de Chillán, en el marco de la alianza con INDAP.

 “Queremos que Ñuble se transforme en un referente de producción alternativa. El hongo ostra tiene atributos únicos: es nutritivo, adaptable y con alto potencial de mercado. Nuestro rol es facilitar el acceso a estas oportunidades”, afirmó Renato Segura, director de Didepro.

La charla estuvo a cargo de Betsabé Garrido Gutiérrez, ingeniera agrónoma y encargada del laboratorio de Deliciosostras, quien compartió su experiencia en propagación de micelio y desarrollo de productos derivados. “El hongo ostra tiene un 97% de proteína asimilable, casi igual al huevo. Es un súper alimento, ideal para quienes no consumen carne. Además, permite innovar en cocina: patés, hamburguesas, nuggets... todo depende de la creatividad del productor”, comentó.

Al término del taller, cada participante recibió una bolsa con sustrato para comenzar su propia producción en casa.

“La agricultura de cerezos viene en baja. Este taller nos abre nuevas posibilidades. Somos pequeños agricultores, pero con este tipo de cultivo podemos hacer cosas grandes. El hongo ostra no solo alimenta, también mejora el suelo y conecta con mercados exigentes”, relató Carolina Parra, productora de Quinchamalí, quien valoró la instancia como una oportunidad para reconvertir su predio.

El taller permitió vislumbrar nuevas formas de vincularse con la gastronomía, el comercio local y la innovación alimentaria. “Esperamos más adelante concretar la instalación de parcelas demostrativas, lo que reforzaría el compromiso de Prodesal con el desarrollo rural sostenible”, agregó Pablo Fierro.